Trastorno de estres postraumatico

Postrauma

Es una condición de salud mental que puede desarrollarse después de haber vivido o presenciado un evento muy traumático, un acontecimiento impactante, terrorífico o peligroso. Puede ser un accidente grave, una agresión, abuso, desastres naturales, experiencias de guerra, entre otros.

Es natural sentir miedo durante una situación traumática. El miedo provoca una alteración en la forma de sentir del cuerpo, en este caso la persona en fracciones de segundo responde a un peligro. Esta respuesta de “afrontamiento o escape” es una respuesta normal que es útil para proteger a la persona de cualquier peligro. Casi todo el mundo tendrá una serie de respuestas después de una experiencia traumática. Sin embargo, la mayoría de las personas se recuperará de los síntomas de forma normal. Es posible que las personas que continúen teniendo problemas se les diagnostique con trastorno por estrés postraumático. Las personas con este trastorno pueden sentirse estresadas o asustadas, incluso cuando ya no están en peligro.

La prevalencia de estrés postraumático es alrededor de 7 u 8 de cada 100 personas presentarán este trastorno en algún momento de sus vidas. Existe una mayor preponderancia en que las mujeres sufren mayormente estos síntomas más que los hombres.

El TEPT se caracteriza por una tríada sintomática de fenómenos invasores, conductas de evitación y síntomas de hiperalerta en respuesta a un acontecimiento traumático, el que puede presentarse en cualquier sujeto y a cualquier edad.

Reviviscencias (flashbacks)

  • Sentir que el evento traumático vuelve a suceder.
  • Pesadillas frecuentes relacionadas con el trauma.
  • Pensamientos aterradores
  • Los síntomas de reviviscencia pueden provocar consecuencia en la vida cotidiana de quien los presenta. Estos efectos se pueden producir en los pensamientos y los sentimientos de la propia persona. Las conversaciones, las cosas o las situaciones que hacen recordar el contexto también pueden producir síntomas de reviviscencia.

Evitación

  • Tratar de evitar lugares, personas o actividades que recuerdan al trauma.
  • Bloqueo emocional o dificultad para recordar partes del evento.

Aquellas objetos o situaciones que provocan rememorar la experiencia traumática pueden provocar síntomas de evasión. Estas consecuencias pueden hacer que la persona transforme su vida cotidiana personal. Por ejemplo, después de un accidente grave de automóvil, alguien que comúnmente maneja puede evitar conducir o montarse en un automóvil.

Cambios en el pensamiento y estado de ánimo:

  • Sentimientos persistentes de culpa, vergüenza o ira.
  • Sensación de desapego de los demás.
  • Pérdida de interés en cosas que antes gustaban.
  • Pensamientos negativos sobre uno mismo o el mundo

Las consecuencias cognitivas y factores del ánimo comenzaron a empeorar después de una experiencia traumática. Estos síntomas pueden provocar que los sujetos se sientan aislados o distanciados de su contexto social. 

Reacciones físicas o emocionales intensas (hiperactivación):

  • Estar en constante alerta, mantenerse tenso.
  • Dificultad para dormir, concentrarse o arrebatos de ira.
  • Reacciones exageradas ante sonidos o movimientos inesperados.

Las consecuencias de hipervigilancia suelen mantenerse en el tiempo, en lugar de ser ocasionados por algo que trae recuerdos de la experiencia traumática. Estos síntomas pueden generar que los sujetos se sientan constantemente estresados e iracundos. También pueden perjudicar las tareas cotidianas, como dormir, comer o mantener la atención. 

Conclusiones

Después de haber vivido sucesos peligrosos, es normal sentir las consecuencias que se mencionaron anteriormente. A veces estos síntomas pueden ser muy graves, pero desaparecen después de unas semanas. Esto se entiende como trastorno por estrés agudo. Si los síntomas  pueden  permanecer por más de un mes, afectan gravemente la capacidad de una persona para  hacer sus funciones y no se deben al consumo de sustancias, alguna enfermedad física, o ninguna otra cosa que no sea elk contexto traumática en sí que lo formó, es probable que los sujetos tenga el trastorno por estrés postraumático. Algunas personas con este trastorno no presentan ningún síntoma por periodos de tiempo. A menudo, el trastorno por estrés postraumático viene acompañado de depresión, drogadicción, y uno o más trastornos de ansiedad.

¿Qué puede ayudar?

Terapia psicológica (como la terapia cognitivo-conductual enfocada en trauma o EMDR).

Entre los procesos que pueden ayudar a la superación de un Tept está la Terapia de exposición. que permite producir en las personas modos de afrontamiento y manejo de sus miedos. Levemente se presenta la situación traumática que sufrieron, pero en este caso se genera un marco de trabajo que permita seguridad personal de afrontamiento. Como herramientas de trabajo se utilizan imágenes mentales, escritura o visitas al lugar donde ocurrió la situación que provocó el trauma. El terapeuta utiliza estas técnicas para apoyar a los sujetos con trastorno por estrés postraumático a enfrentar sus sentimientos. También se puede usar la técnica de Reestructuración cognitiva que permite a las personas darle un sentido distinto a los recuerdos negativos. En algunos momentos las personas rememoran el acontecimiento de manera diferente de cómo sucedió. Pueden resentir desde la culpa o vergüenza por algo que no es responsabilidad de ellos. El terapeuta ayuda a los sujetos con el trastorno a enfocar lo ocurrido desde una manera realista y con adecuado afrontamiento.

Apoyo social: hablar con personas de confianza, no aislarse, mantenerse comunicado.

Medicación (en algunos casos, los psiquiatras recetan antidepresivos u otros estabilizadores del ánimo).

Los medicamentos más estudiados para el tratamiento del trastorno por estrés postraumático incluyen los antidepresivos, que pueden ayudar a controlar los síntomas como la depresión, el estrés, la ira y la sensación de vacío interno. Los antidepresivos y otros medicamentos se pueden recetar junto con la psicoterapia. Otros fármacos también pueden servir para síntomas específicos de este trastorno. Por ejemplo, aunque actualmente no está aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), la investigación ha demostrado que la prazosina puede servir para los problemas del sueño, en particular, las pesadillas, frecuentes en las personas con trastorno por estrés postraumático.

Rutinas de autocuidado: ejercicio, sueño, buena alimentación, meditación, escribir lo que se siente.

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